Tras la muerte de Almanzor las luchas asolaron Al-Andalus. Así en el 1031 el califato se dividió en numerosos reinos o taifas. Las taifas fueron hostigadas constantemente por los reinos cristianos del norte. Para evitar los ataques, las taifas pagaban parias (tributos) a los reyes cristianos. Los musulmanes pidieron ayuda a los almorávides, guerreros bereberes que habían formado un gran imperio en el norte de África, con capital en Marrakech.
sábado, 9 de marzo de 2013
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